La actividad laboral en la historia ha pasado varias transformaciones, de la época rudimentaria al mercantilismo, desde la revolución industrial hasta la época actual. A medida que evoluciona la sociedad, la actividad laboral se transforma, especializa y diversifica.
Origen del desempleo en la modernidad
La época de la revolución industrial se caracterizó por un aumento de la producción de alimentos y de productos, con eso aumentó especialización en la producción, llevando a que sea menos necesaria la acción humana y a que miles de trabajadores perdiesen sus puestos laborales por el efecto reemplazo por tecnología.
Esta distorsión en el mercado laboral es lo que comúnmente se conoce como desempleo, donde existe un mercado laboral que puede emplear a una cantidad limitada de personas, pero existe una mayor cantidad de personas que quieren ingresar para trabajar.
Existen generalmente dos tipos de desempleo el cesante y el de primera vez. El cesante, se compone de personas que ya han tenido una experiencia laboral y quedaron sin empleo en el periodo de consulta, pero que, están buscando activamente empleo. En este grupo de personas están los que fueron desvinculadas o que renunciaron porque las condiciones laborales no se condecían sus exigencias.
Por su parte, el desempleo por primera vez incluye a personas que no han tenido su primera experiencia laboral pero que están buscando activamente empleo, como los jóvenes que han concluido o están cursando estudios secundarios o universitarios y que no pueden encontrar empleo.
Existe otra situación particular: el subempleo que es una condición donde el trabajador está empleado menos horas de las que realmente puede y desea trabajar. En este grupo se compone principalmente de trabajadores informales que realizan “changas”, es decir, un empleo que tiene una duración definida, generalmente de corto plazo, así como los formales que trabajan menos horas de las que desearían trabajar.
Factores que inciden en las condiciones de empleo
Existen cinco principales factores que inciden en el desempleo, estos son:
- Ciclo Económico: cuando en el país o región se da una expansión económica, esto reduce el desempleo, por otro lado, cuando se da una recesión la situación implica un aumento del desempleo.
- Cambios de estación: sucede cuando los empleos dependen de la estación del año, por ejemplo, si en una ciudad hay una playa, es probable que, en los meses de verano, la cantidad de desempleados se reduzca, mientras que con la llegada del invierno esas personas quedarían cesantes.
- Componente demográfico: esto se produce cuando existe una situación demográfica en la que aumenta la cantidad de personas en edad de trabajar mientras que los empleos no crecen en la misma proporción, esto se produce cuando un país cuenta con un bono demográfico o cuando aumenta el flujo de migrantes desde otros países.
- Cambios tecnológicos: se origina cuando se implementan innovaciones o se aplica tecnología en las empresas de una economía, el resultado es que se necesitan menos trabajadores o se exige trabajadores más especializados.
- Apertura Comercial: si el mercado externo muestra mayor apertura, esto podría generar una mayor producción de bienes y servicios, aumentando la cantidad de trabajadores necesarios, reduciendo el desempleo, si hay mayores restricciones al comercio externo, la situación es contraria, aumentando la proporción de personas desempleadas.
Desempleo y Subempleo en Paraguay
Atendiendo estos conceptos y analizando las últimas estadísticas oficiales, el número de personas desempleadas en Paraguay al primer trimestre del corriente año ascendió a 317.030, que representa el 8,5% de la Población Económicamente Activa (PEA), e implica 60.170 desempleados más que el mismo trimestre del año pasado.
Por otro lado, la cantidad de trabajadores subocupados al primer trimestre ascendió a 183.147, lo que representa aproximadamente 11% menos que en el mismo periodo del año pasado.
Sumando ambas cantidades, el número de personas que afrontan condiciones de empleo poco favorables asciende a 500.177, que representa 13,4% del total de la población económicamente activa.
La situación que está pasando la economía paraguaya explica en parte importante el aumento interanual del desempleo, dados los efectos de la sequía en la producción y el contexto inflacionario que encarece costos obligando a las empresas a ajustar sus contrataciones.
La persistencia de la subocupación por su parte se explica por el efecto de la informalidad, ya que los trabajadores poco calificados se insertan al mercado laboral trabajando menos horas de las estipuladas legalmente, muchas veces en condiciones precarias, y, por lo tanto, en su mayoría ganan menos del mínimo legal.
Al respecto, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) la informalidad en el empleo Paraguay asciende al 63,7%, lo que significa 1.795.925 personas que están en situación irregular, es decir, están ocupados, pero no tienen cobertura de servicio social, ni están inscriptos en el registro único del contribuyente.
Estos datos reflejan la informalidad en el mercado laboral paraguayo, y, por lo tanto, la necesidad de políticas públicas más eficientes que permitan mitigar este mal y que a la vez doten a las personas de las competencias necesarias.
Asimismo, sería interesante llevar adelante acciones para aumentar la creación de empresas que generen más empleos, ya que el país está en plena etapa de bono demográfico, y dentro de unos pocos años, más jóvenes querrán insertarse al mercado laboral y no tendrán espacio si no se realizan los cambios necesarios.
Por lo tanto, es imperiosa la necesidad de pensar con visión de futuro para que nuestros trabajadores puedan seguir impulsando el crecimiento del país.