En Paraguay, en el 2019 solo el 5,4% de las empresas cumplía con todos los requisitos para ser formales, lo cual exhibe la vulnerabilidad de la mayor parte de ellas ante las adversidades. La realidad actual no estaría muy alejada de la de ese año. Considerando que más desafíos aguardan en el futuro, la formalización de las empresas debería ir más allá del plan de recuperación implementado a raíz de la pandemia, volviéndose en un esfuerzo constante por fortalecer al sector empresarial paraguayo.
Situación de informalidad afecta a mayor parte de las empresas
En el país, se identifica como informales a aquellas empresas y/o trabajadores independientes que no están registradas en el Registro Unico de Contribuyentes (RUC), no están inscriptos en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) para las inspecciones de las condiciones laborales y no cotizan en el Instituto de Previsión Social (IPS) para la cobertura de la seguridad social de los empleados.
Por lo tanto, aquellas personas y empresas en situación de informalidad se encuentran también, por lo general, en una situación de vulnerabilidad y sus colaboradores tienen precariedad en el empleo.
Según el MTESS, una de las principales causas del empleo informal en las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) es que, a menudo, las mismas nacen como emprendimientos de subsistencia, por lo que los costos de formalización resultan altos y los incentivos son reducidos. Adicionalmente, la baja calificación educativa de los trabajadores impide que accedan a trabajos formales.
Sumado a ello, la burocracia existente en las instituciones hace que la formalización sea todo un desafío para las empresas con baja capacidad de gestión empresarial y administrativa.
De acuerdo con los datos publicados por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) para el periodo 2019, del total de 870.598 empresas, el 70% no poseía RUC y se encontraba en situación de informalidad. En cuanto al 30% restante que poseen RUC, correspondiente a 263.106 empresas, el 18% cuenta con la inscripción en el MTESS y/o IPS. En otras palabras, tan solo 47.359, o el 5,4% del total de empresas del país, cumplen con todos los requisitos para estar registradas formalmente.
Covid-19 puso en evidencia la necesidad de formalización
Con la llegada de la pandemia, fueron precisamente las empresas más vulnerables quienes quedaron más expuestas a los efectos adversos de la crisis, por lo que el Estado implementó medidas económicas para ayudarlas a mantenerse de pie.
En primer lugar, el Fondo de Garantías para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Fogapy) recibió una capitalización adicional inicial de USD 100 millones, para ampliar su capacidad de emitir garantías estatales para facilitar el acceso al crédito, beneficiando a aproximadamente 90.000 Pymes. En esta misma línea, se creó un Fondo Especial (Fideicomiso) con Gs. 710.000 millones para dotar liquidez a Cooperativas y otras entidades que atienden al sector, con lo que se pretendía llegar a 40.000 microempresas. De manera complementaria, el Banco Central del Paraguay (BCP), redujo el encaje legal en moneda nacional y extranjera, a modo de generar liquidez en el sistema que sea destinada a nuevos créditos y refinanciaciones.
Adicionalmente, el MIC ofreció servicios de capacitación y asistencia técnica gratuita a los que accedieron más de 6.000 Mipymes. Con el fin de apoyar el acceso al crédito y financiamiento, se conformó una comisión especial de apoyo a empresas con ese tamaño, con lo que 1.346 de ellas se vieron favorecidas. Por otro lado, el Programa de Competitividad de las Mipymes (PCM) brindó apoyo a aquellas dedicadas a la industria con fondos concursables, con lo que 634 familias se vieron beneficiadas con una inversión de Gs. 1.663 millones y mediante el decreto 3.698/2020 se actualizaron los parámetros del monto de facturación anual para categorizar a las Mipymes, para ampliar la cantidad de empresas que podrían acceder a los créditos de emergencia.
Por otro lado, el enfoque en asesoramiento para formalización e inscripción en los diferentes registros es clave. Así, desde el inicio de la pandemia hasta finales del 2020, se emitieron 4.493 cédulas y certificaciones online.
No obstante, estos números se encuentran lejos del total de las Mipymes, que representa el 99,5% del total de empresas del país.
Por este motivo, la formalización de la economía es fundamental. La formalización de empresas y trabajadores debería darse a partir de procesos simplificados, facilitando la inscripción de las Mipymes en los regímenes simplificados Simple y Resimple, así como a la figura de las Empresas por Acciones Simplificadas (EAS).
Comentarios finales
En la pandemia la formalización fue una necesidad para las empresas, considerando que muchas de ellas no pudieron acceder a los beneficios puestos a disposición debido a su situación de informalidad, lo que limitó sus posibilidades de mantenerse activas así como de mantener a sus trabajadores, y, aumentó la vulnerabilidad.
Es necesario revertir esta situación para apuntalar la recuperación, para ampliar el acceso y la cobertura de la protección social, así como para prevenir y aliviar la pobreza y la vulnerabilidad social. Complementariamente es necesaria una estrategia de formalización de largo plazo y de alcance nacional, que involucre a todas las instituciones públicas como facilitadoras del proceso reduciendo la burocracia existente. Solo así se podrá enfrentar situaciones adversas con más fortalezas y capacidades, pero sobre todo construir un desarrollo menos expuesto a los efectos de las mismas.