Baja calidad del empleo limita el desarrollo

Fuente: INE

Paraguay cuenta con una tasa de desempleo de 6,5%, una tasa inferior al promedio regional que ronda 7,5%. No obstante, habría que tener en cuenta que para que un país se desarrolle no solo basta con tener una baja tasa de desempleo si no que calidad del empleo debe ser buena. Este es uno de los puntos críticos que deberá considerar el Gobierno que hoy asume su mandato.

Tendencias regionales indican una lenta recuperación del empleo formal 

Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de desempleo al cierre del primer trimestre del 2023 es de 6,5%, superior al 5,7% registrado en el trimestre pasado, aunque se mantiene por debajo del 8,5 registrado en el primer trimestre del 2022. 

Si bien tasa de desempleo se mantiene por debajo del promedio regional, que según la Organización Internacional del Trabajo se sitúa entre 7,2% y 7,5%, aún hay margen de mejora en cuanto a la calidad del empleo. 

La OIT indica que, la ralentización del crecimiento económico mundial y la alta inflación impactarían negativamente en la velocidad de la creación de nuevos puestos de trabajo. De la misma manera, señala que los puestos creados podrían estar sesgados hacia empleos informales.

Según los últimos datos publicados por el organismo, uno de cada dos trabajadores en la región es informal, un desafío que se ha mantenido a lo largo de la última década.

Empleo decente es clave para desarrollar el país 

Cuando se habla de calidad del empleo, no solo se pone en mesa el ingreso que percibe el trabajador en compensación de sus horas de trabajo, si no también las condiciones en las cuales se desempeña. 

Paraguay es un país joven con numerosas oportunidades, cuenta con una población de 7,4 millones de habitantes, de las cuales 5,3 millones se encuentran en edad de trabajar y 3,5 millones de personas se encuentran efectivamente trabajando, de las cuales 1,1 millones son jóvenes.

Esto implica que 7 cada 10 paraguayos se encuentran en edad de trabajar, de los cuales 5 se encuentran trabajando y de esas 5 personas trabajando, 2 son jóvenes. 

No obstante, al analizar el tipo de empleo, de cada 10 personas ocupadas en el sector no agropecuario, 6 se encuentran trabajando en condiciones de informalidad, es decir no reciben la protección social o no cuentan con Registro Único de Contribuyentes RUC, ni se encuentran aportando a caja jubilatoria alguna. 

Al no aportar a algún sistema de jubilación ni tener seguro médico, dicha población en situación informal que es de aproximadamente 1,8 millones de personas, se convierte en una población vulnerable y dependiente de las generaciones futuras lo que limita la calidad de vida de las familias involucradas. 

Entre aquellos que estaban en situación de informalidad, el grupo más afectado corresponde a jóvenes que componen el bono demográfico del país. En ese sentido se puede decir que, mientras más joven es la persona, mayor es la probabilidad de que sea empleado informalmente, puesto que el 72,1% de las personas de 15 a 29 años se hallan en esta condición.

Así también se resalta que la informalidad es mayor entre trabajadores domésticos, el 96,1% no cotiza en ningún sistema de jubilación y pensión, de la misma manera, el 78,6% de los trabajadores cuentapropistas se encuentran en situación de informalidad.  

Si se analiza por el lado de los ingresos, el 62,3% de los asalariados que ganan igual o menor a 1,5 salarios mínimos (Gs. 3.825.461) son informales, lo que reflejaría que la informalidad esta más arraigada en los segmentos con menores ingresos. 

Así también, parte importante de la población no es absorbida por el mercado laboral, conocido comúnmente como la población inactiva, (personas en edad de trabajar que han decidido no trabajar o no habrían buscado empleo en los últimos 7 días). Esta tasa al primer trimestre del año se ubica en 29,9% y parte de este grupo no estaría buscando empleo debido a que las actuales condiciones laborales no permiten a las personas insertarse, ya sea por la remuneración o por las capacidades requeridas, lo que conduce a los agentes a buscar otras opciones en la informalidad. 

Formalización para las MiPymes contribuiría a la calidad del empleo 

De los 3,5 millones de personas ocupadas, el 75,4% (aproximadamente 2,6 millones de personas) trabaja en Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPymes), de las 942.842 personas lo estarían trabajando en situación de informalidad. Según el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) solo 272.259 Mipymes son formales, es decir, cuentan con el Registro único del Contribuyente (RUC), mientras que el solo 11,5% de estas son formalizadas (Con IPS y registro en el MTESS). 

Cabe mencionar que adicionalmente aquellas Mipymes que no han sido registradas en la base de datos del MIC podrían representar una cantidad significativa.  Considerando que, en la actualidad, la burocracia para la formalización de las Mipymes resulta costosa y complicada, habría que seguir trabajando en políticas que sirvan de incentivos para la formalización estas unidades productivas a modo de mejorar su gestión, así como su capacidad de mantener a sus empleados en condiciones decentes.

La formalización de estas empresas no solo apoyaría a la calidad del empleo al contar con seguridad social para sus trabajadores, sino que también daría la oportunidad de acceso a créditos en el sistema bancario formal, permitiendo una financiación menos costosa y con mayores controles. 

Así el nuevo Gobierno, tiene en la formalización del empleo uno de los puntos prioritarios que debería incluir en las políticas públicas, a modo de que cada vez más paraguayos y paraguayas puedan tener un empleo decente que otorgue estabilidad a sus ingresos y les permita vivir dignamente.